Qué tipos de obesidad hay y cómo tratarlos

Tipos de obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica común en todo el mundo. Afecta al 60 % de los adultos y cada vez más, también, a niños y adolescentes. Se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Esto es algo que puede conllevar al desarrollo de problemas para la salud, según la Organización Mundial de la Salud.

Dependiendo de la clasificación de la obesidad, el riesgo de sufrir enfermedades, como las cardiovasculares, puede verse incrementado. Se pueden encontrar diferentes tipos de obesidad según el Índice de Masa Corporal, la distribución de la grasa o la causa de esa obesidad. Para distinguirlos, a continuación, vamos a conocer cómo se definen, cuántos grados existen y los tratamientos disponibles para ponerle remedio.

¿Qué es la obesidad?

Tanto el sobrepeso como la obesidad se definen como enfermedades en las que se desarrollan altos contenidos de grasa en el cuerpo. En personas adultas se determina siguiendo el Índice de Masa Corporal (IMC), un indicador que relaciona el peso con la estatura. Para calcularlo, se divide el peso entre la altura en metros al cuadrado. También se usan otras formas de medición de manera complementaria, como la circunferencia de la cintura.

Siguiendo esta fórmula, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que existe obesidad cuando el IMC es igual o superior a 30, y el sobrepeso cuando la cifra obtenida es entre 25 y 30 a esta.

Los problemas que implican no son solo estéticos; son factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes, trastornos relacionados con aparato locomotor como la osteoartritis y se le asocian 13 tipos de cáncer. La probabilidad de sufrirlas aumenta al mismo tiempo que lo hace el IMC, de ahí que existan diferentes grados de obesidad según IMC.

La obesidad es una afección compleja que responde a diversos factores y que se basa en el desequilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas. Esto es el resultado de dietas que no son saludables junto con la insuficiente actividad física. Una de las claves es la disponibilidad de alimentos que contienen una gran carga energética y poco valor nutricional, comidas que además se han ido abaratando con el paso del tiempo.

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Obesidad en grados: clasificación

Los diferentes grados de obesidad se organizan de menor a mayor según el IMC. Cuanto más elevado el número, existe un mayor riesgo de sufrir enfermedades asociadas. Con un IMC menos a 25, se considera peso normal. En el caso de estar bajo el umbral de los 30, es sobrepeso. Por tanto, los grados de obesidad son estos tres:

  • La obesidad de grado I o moderada. Cuando el IMC se sitúa entre 30 y 34,9.
  • Obesidad de grado II o severa. Comprende un IMC entre 35 y 39,9. En este estadio se considera que existe un riesgo severo de padecer otras dolencias a causa de las acumulaciones de grasa.
  • La obesidad de grado III o mórbida. Se presenta cuando el IMC es igual o mayor a 40. En estos casos las probabilidades de padecer otras complicaciones de salud son muy altas.
  • Obesidad de grado IV o extrema. Los casos de este nivel igualan o superan el 50 de IMC.

Obesidad en función de la distribución de la grasa

Esta clasificación es la más visual. Es una de las dos clasificaciones que van más allá de los grados de Índice de Masa Corporal. Según se distribuya la grasa en el cuerpo, podemos diferenciar tres tipos de obesidad:

  • Obesidad abdominal: También se conoce como androide o forma de manzana. La grasa se acumula principalmente en el abdomen, el tórax y el rostro. Se relaciona con la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, ya que la grasa está en la parte superior del cuerpo.
  • Obesidad periférica: Conocida como ginoide o forma de pera. La grasa se acumula en las caderas, los muslos y los glúteos, la zona media del cuerpo. Supone menos riesgo en cuanto a problemas del corazón pero más en la aparición de varices o artrosis. Suele ser más común en mujeres.
  • Obesidad homogénea: La grasa se reparte por todo el cuerpo de forma uniforme.

Tipos de obesidad en función de la causa

La obesidad también se ve influida por el proceso corporal que la desencadena. Existen seis posibles factores que dan lugar a obesidad en el cuerpo humano:

  • Dietético: Se caracteriza principalmente por el sedentarismo y una ingesta de calorías alta. Lo más habitual es que se complemente con la falta completa de ejercicio físico.
  • Genético: Es una causa contra la que tendremos una batalla ardua. Nuestros antecedentes marcan la capacidad de nuestro cuerpo para tratar la grasa y repartirla por nuestro cuerpo. La vida equilibrada puede hacer que este factor se reduzca.
  • Nervioso: Se refiere a desórdenes del Sistema Nervioso Central, por ejemplo la ansiedad, el estrés o la depresión. Esta alteración afecta a los mecanismos que miden la saciedad.
  • Endocrino: Está directamente relacionado con el hipertiroidismo, el hipotiroidismo y el hipercorticismo.
  • Cromosómico: También están relacionadas con defectos cromosómicos como el síndrome de Down, el de Turner o el de Cushing.
  • Medicamentoso: Es provocado como efecto secundario de algunos medicamentos. Es especialmente común en fármacos antidepresivos o corticoides.

Tratamientos para los diferentes tipos de obesidad

Los tratamientos para hacer frente a la obesidad son diversos, aunque la mayoría ponen el foco en el control del apetito. Sin embargo, para que se obtengan resultados, los enfoques deben ser globales.

Método POSE

Así, entre las diferentes opciones disponibles, encontramos el método P.O.S.E. (Primary Obesity Surgery Endoluminal). Es un procedimiento quirúrgico ambulatorio para el tratamiento de sobrepeso y obesidad. Se realiza por vía oral, con la ayuda de un transportador endoscópico e instrumentos diseñados para este procedimiento. El resultado será una sensación de saciedad mayor.

El tratamiento consiste en crear pliegues en el estómago. El objetivo es ralentizar el vaciado gástrico del alimento. Estos pliegues se suturarán con unos anclajes diseñados para mantenerse a largo plazo. Así se pretende reducir la cavidad gástrica. El objetivo es disminuir la cantidad de alimento que el estómago puede contener, para que el paciente se sienta lleno más rápido durante las comidas y progresivamente, coma cantidades menores de alimento y reduzca también la sensación de hambre entre comidas (snacking).

Balones intragástricos

Los balones intragástricos son otro método que tiene el mismo objetivo que el anterior solo que, en lugar de cambiar la morfología del estómago, su funcionamiento se basa en la introducción de un dispositivo endoscópicamente. El balón se inserta desinflado, se coloca en el lugar adecuado y luego se llena de una solución salina. Este tratamiento dura un período de 6 a 12 meses, transcurrido el cual se retira.

Otros tratamientos

  • Existe un tratamiento mediante un fármaco inyectable. Es muy efectivo.
  • Dietas personalizadas y adaptadas al modo de vida de cada paciente. Como las de aporte proteico, la dieta disociada, etc. Se aplican según los tipos de obesidad. Todas ellas diseñadas por personal especializado y con un seguimiento médico exhaustivo.

En Clínica Menorca ambos procedimientos conllevan el trabajo conjunto de médicos, nutricionistas y psicólogos para ofrecer una solución completa y permanente al paciente. De esta forma no solo se trabaja el bienestar físico de la persona, sino también el psicológico.

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