Los Mejores Médicos Especialistas en rejuvenecimiento facial con Hilos Tensores
En Clínica Menorca utilizamos los hilos tensores faciales para prevenir y eliminar la flacidez del rostro, recuperando el contorno facial y regenerando la piel con resultados muy naturales y duraderos.
Gracias a sus propiedades de generación de colágeno y de reposición de la masa facial, los hilos son uno de nuestros tratamientos estrella de rejuvenecimiento y antiflacidez.
Los Hilos Tensores (hilos faciales) que utilizamos en Clínica Menorca para conseguir un efecto lifting sin necesidad de cirugía son reabsorbibles, bidodegradables y biocompatilbes.
Existen 2 tipos de hilos fundamentalmente en la estética facial:
Según el paciente y las necesidades que nuestros doctores identifiquen, recomendaremos unos u otros.
Son hilos quirúrgicos (como los que se utiliza para las suturas en cirugías) que por su composición de PDO (polidioxanona) o Ácido Poliláctico estimulan la generación de colágeno tipo 1 que es el que permite revitalizar y rejuvenecer el aspecto facial. Las espículas generalmente son bidireccionales, y además de producir ese efecto de reposición de la masa facial generan colágeno.
El rejuvenecimiento facial con hilos tensores se ha popularizado en las consultas de medicina estética, pero su aplicación requiere de habilidad y experiencia, por lo que debe ser realizado por un profesional especializado.
El tratamiento de hilos faciales es indoloro y el paciente lo tolera perfectamente; aún así, para evitar molestias el doctor insensibiliza la zona con un punto de anestesia o crema anestésica y frío localizado.
El tiempo de aplicación es de unos 30 minutos desde que el paciente pasa a consulta.
Antes del tratamiento el doctor analiza la fisionomía de la paciente, su grado de descolgamiento y necesidades, algo imprescindible para poder hacer un diagnóstico acertado y determinar qué hilos son los más indicados. Se determina si lo que se desea es engrosar la dermis para corregir una piel caída, flácida… o si lo que se busca es levantar el contorno facial completo, y en función de un caso u otro el doctor recomendará el tipo de hilo más adecuado.
Para empezar el diagnóstico el médico sienta al paciente y manipula su rostro para identificar el grosor de la piel, el grado de flacidez, lo que se desea mejorar y cómo lo va a hacer: si se ponen unas cuadraturas de hilos monofilamentos, o se ponen unos hilos espiculados, de cono, etc..
Están formados por Polidioxanona (PDO) y permiten la producción de colágeno y fibroblastos alrededor del hilo insertado.
Se colocan en el tejido subcutáneo sin anclajes ni suturas. Los resultados son progresivos y naturales. Se puede ver el efecto definitivo a las 3 semanas y el resultado tiene una duración de hasta 12 meses.
A diferencia de los anteriores éstos están dotados de espículas bidireccionales con una mayor generación de colágeno y fibroblastos gracias al espesor del hilo.
Producen mayor tensión y elevación facial y están indicados en un grado de flacidez medio. Se colocan en el tejido subcutáneo para reposicionar el plano más profundo y mejorar el superficial.
El organismo reabsorbe los hilos entre los 10 y los 14 meses, pero los resultados se dilatan hasta los 20 meses. Los resultados son progresivos y naturales.
Estos hilos están realizados con espículas o conos bidireccionales restaurando la estructura de la cara con resultados más duraderos.
Son la última generación de hilos tensores reabsorbibles, hechos de ácido poliláctico y glicólico, indicados para pacientes con un mayor grado de flacidez. Redefinen el rostro y recuperan volúmenes de forma inmediata y con resultados más duraderos.
Están indicados para la caída de la piel del tercio medio del rostro, pérdida de volumen malar, caída de la línea mandibular, relajación del cuello y caída de la ceja.
Gracias a las espículas y conos bidireccionales se consigue una mayor tensión y producción de colágeno; además generan volumen y estiramiento de la piel, elevan y tensionan las estructuras faciales sin cambiar su contorno natural, y devuelven la juventud a la fisonomía del rostro.
Ante pacientes con una flacidez mínima, con la piel muy delgada donde hace falta engrosar la dermis, el doctore optará por una colocación en modo de cuadratura de hilos monofilamentos que además dará ese aspecto de tensión en la zona que necesita el paciente.
Cuando el paciente es de edad más avanzada, y presenta una mayor flacidez y descolgamiento, sobre todo a nivel de la zona mandibular, la mejor opción son los hilos espiculados o de cono.
Los hilos se reabsorben, por lo que no requieren de ningún tipo de mantenimiento. El inicio del proceso de reabsorción comienza a partir de los dos meses, y a partir de ahí van desapareciendo paulatinamente.
Para la colocación del hilo, el doctor parte de un punto de entrada por donde introduce el hilo con una aguja muy fina, y desde ahí coge el plano de la piel a través del cual se guiará el hilo hasta el extremo donde fijará el extremo del hilo antes de liberarlo y retirar la aguja.
Es cierto que con los hilos espiculados y de cono si se presiona con la yema de los dedos es posible percibir el trayecto del hilo. Aunque esto dura muy poco tiempo ya que enseguida empiezan su proceso de reabsorción.
Tras la colocación de los hilos no es habitual que aparezcan hematomas, y ahí entra en juego la pericia del médico y la sensibilidad de la piel de cada paciente. En cualquier caso hay que tener presente que con cualquier tratamiento estético con infiltraciones de materiales o productos, implican un riesgo de aparición de hematomas.
El momento indicado para hacerse un tratamiento con hilos tensores de última generación es a partir de los 40 años, aunque cuando está igualmente indicado en pacientes que presentan una piel muy retraída, sobre la que cualquier otro tratamiento no tendría resultados.
Los resultados se ven en el momento por el efecto tracción que es inmediato, y el proceso inflamatorio de la infiltración, especialmente con los hilos espiculados. El efecto final del hilo se ve a los dos meses, momento en que ya se ha formado colágeno y es cuando se estabiliza el tratamiento y se mantiene por al menos un período de 1 año.
Después del tratamiento el paciente puede notar alguna molestia durante los primeros 10 días, y tendrá que evitar gesticular excesivamente o estornudar muy fuerte, o toser, o comer alimentos duros, para evitar una posible movilidad de los hilos.
Por lo mismo el paciente tiene que dormir boca arriba durante al menos una semana.
Las contraindicaciones del tratamiento son los casos en que el paciente pueda presentar enfermedades infecciosas, fiebres, trastorno auto inmunes.