Masculinización facial: así se consigue

masculinización facial

La masculinización facial engloba una serie de procedimientos y técnicas enfocados en resaltar y potenciar aquellos rasgos que se asocian con la masculinidad. En general, el objetivo es conseguir una mandíbula marcada y unas facciones angulosas resaltando otras zonas como los pómulos y un mentón perfecto. ¿Quieres conocer más sobre cómo masculinizar rostro? Sigue leyendo para averiguar todos los detalles de esta práctica estética.

¿Cómo definir la cara en un hombre?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el aspecto masculino en un rostro depende de los cánones de belleza asociados a este género y que a su vez dependen del contexto cultural. Sin embargo, las influencias que nos llegan suelen atribuir a un rostro masculino unos rasgos cuadrados, angulosos, alejados de las redondeces que suelen asociarse más a la feminidad.

Para obtener esa apariencia, desde la medicina estética se trabajan, principalmente, tres zonas de la cara: los pómulos, la mandíbula y el mentón. El proceso de masculinización facial comienza por el estudio previo del paciente y sus facciones al completo, para así encontrar las mejores soluciones contemplando la armonía del rostro entero. De esta manera se detectan qué zonas hay que abordar y de qué manera. Pero ¿cómo definir la mandíbula? ¿Cómo deben ser unos pómulos masculinos? Veamos cómo se trata cada una de estas zonas.

Tratamientos de masculinización facial: así se consiguen unos pómulos definidos

En una cara angulosa, los pómulos tienen un papel destacado, ya que deben ser alargados y rectangulares para dar esa sensación de definición en el rostro. Además, esta zona junto a las cejas, consiguen realzar la mirada. Hay que tener en cuenta que un pómulo marcado debe ir en consonancia con el resto de las facciones, pero especialmente con la mandíbula, con lo que se consigue un efecto más completo y equilibrado.

El implante de pómulos se puede realizar mediante cirugía, insertando unas prótesis de silicona u otro material sintético implantable que se adaptan perfectamente a la superficie del hueso malar; o bien mediante la infiltración de productos de relleno reabsorbibles. ¿Cómo se consigue mandíbula marcada y frente definida? Lo vemos a continuación.

Una mandíbula marcada y frente definida, dos puntos claves para masculinizar rostro

La mandíbula es un área esencial en el aspecto masculino según los cánones de belleza. Se trata de uno de los factores principales para reforzar la imagen de un hombre, por lo que tienden a ser cuadradas y anchas. En cuanto a la frente y el entrecejo, se suelen suavizar para evitar que los signos del paso del tiempo no se marquen demasiado y cobren protagonismo. Para ello, se suele aplicar un tratamiento de rejuvenecimiento de una forma más superficial sin llegar a inyectarlo en la musculatura, con lo que se consiguen resultados muy naturales. Dependiendo del caso, también puede ser recomendable una remodelación de frente; una intervención quirúrgica que forma parte de la masculinización facial permanente y que consiste en la reestructuración del hueso frontal para darle una forma más adecuada.

En el caso de la mandíbula, el objetivo que se persigue es reposicionar los volúmenes, y en muchos casos conllevará el uso de rellenos, siendo posible llevar a cabo una masculinización facial sin cirugía usando ácido hialurónico o hidroxiapatita cálcica.

Los mentones retraídos también tienen solución: ¡operación cara cuadrada en marcha!

Como hemos visto, la cirugía de masculinización facial aúna una serie de técnicas con las que conseguir un rostro más cuadrado y anguloso en su conjunto, para que la cara quede proporcionada y exista un equilibrio entre todas sus partes. Y entre ellas, no podía quedar fuera el mentón, una zona que define, junto a la mandíbula, la apariencia general las facciones de un hombre.

En este sentido, las intervenciones sobre el mentón se enfocan en hacerlo prominente mediante la mentoplastia u operación de barbilla. Con ella se logra aumentar y dotar de un nuevo contorno a la barbilla, con el uso de prótesis o infiltraciones de tejido graso. Esta última como solución temporal para aquellos que no quieren someterse a una operación, como la masculinización facial con ácido hialurónico.

Si quieres que tu apariencia sea más acorde a los cánones de belleza masculinos, la personalización de los procedimientos es algo indispensable. En un proceso como la masculinización es clave tener en cuenta las proporciones de partida del paciente para encontrar el equilibrio en el rostro, y para ello, es fundamental ponerse en manos de profesionales con experiencia como los de Clínica Menorca, que estarán encantados de resolver todas tus consultas.

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