Tipos de micropigmentación y cuándo se utilizan

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Si quieres olvidarte del maquillaje en tu día a día, la micropigmentación estética puede ser la solución. Esta técnica también es conocida como maquillaje permanente y, aunque este es uno de sus usos más comunes, no es el único. Debido a la continua evolución del campo de la medicina estética, en la actualidad existen diversos tipos micropigmentación que incluso van más allá de la aplicación cosmética, como es el caso de la que se emplea para disimular cicatrices. En esta ocasión vamos a centrarnos en desgranar todos los detalles de este método y sus aplicaciones, así que ¡sigue leyendo!

¿Qué es la micropigmentación?

Antes de adentrarnos en los tipos de micropigmentación, comenzaremos por conocer qué es exactamente. Estamos ante una técnica que tiene como objetivo la corrección de los elementos faciales, como pueden ser los labios o las cejas, gracias a pigmentos que se introducen en la capa superficial de la piel. De esta forma no solo se puede reparar, sino que también permite potenciar aquellos rasgos que se consideren oportunos.

Esta pigmentación de la piel es similar a la que se utiliza en tatuajes, con la diferencia de que la micropigmentación es semipermanente. Dependiendo de la persona, tiene una duración aproximada de tres años, algo que proporciona la posibilidad de corregir los cambios en la piel y el cuerpo que se hayan producido en ese período.

La coloración de las zonas a trabajar se consigue introduciendo los pigmentos a nivel epidérmico con la ayuda de una aguja. Aunque pueda parecer lo contrario, no es doloroso, y los resultados son inmediatos. Las sustancias empleadas suelen ser hipoalergénicas, pero en una primera sesión se realiza una prueba de alergia y también otra de visagismo, para estudiar las facciones, la forma y los elementos que componen el rostro.

¿Cuántos tipos micropigmentación existen?

Una vez visto en qué consiste la micropigmentación, veamos qué tipos existen y para qué se utilizan, porque es una técnica que va más allá del maquillaje permanente. La más conocida es la aplicación estética. Sirve para mejorar y corregir ciertas áreas faciales o incluso capilares. Uno de los principales fines es evitar perder más tiempo del necesario en el maquillaje diario.

Micropigmentación de labios

Usando un color natural, es posible potenciar o perfeccionar la forma con un simple perfilado que defina los bordes o incluso se puede aportar un color de relleno que se mantendrá en el tiempo.

Micropigmentación de cejas

Ahora que este elemento ha tomado protagonismo en nuestro rostro por su importancia a la hora de enmarcar la mirada, este método puede ayudar a redefinirlas y rellenarlas, sobre todo en aquellos casos en los que se haya perdido cantidad de vello, bien por una depilación excesiva o por motivos de salud. Siguiendo en la zona de los ojos, también se utiliza para realizar el delineado en los párpados tal y como se haría con un eyeliner. De esta forma puedes olvidarte de controlar el pulso cada vez que quieras lucirlo con tu maquillaje.

Micropigmentación capilar o tricopigmentación

Suele emplearse para redensificar el cabello en aquellas zonas donde se ha perdido cantidad o incluso en personas que tienen un pelo fino. El procedimiento es similar a los anteriores, con la diferencia de que el pigmento se introduce en la piel simulando el folículo piloso. De ahí que sea una técnica apropiada para complementar los tratamientos de trasplante capilar, porque se pueden rellenar aquellas zonas donde el implante no ha resultado como se esperaba. La micropigmentación capilar también es una buena candidata para las personas con calvicie avanzada que suelen mantener el pelo muy corto, ya que se dibuja el pelo consiguiendo un “efecto rapado”.

Micropigmentación paramédica

Otro de los tipos micropigmentación es la paramédica. Se destina disimular cicatrices o mejorar algún problema que haya sido causado por una enfermedad. Uno de los ejemplos más comunes es la reconstrucción de la areola del pezón tras una mastectomía. En esos casos se reproduce de manera fiel y natural el tamaño, el color y la forma.

La micropigmentación paramédica también se dedica a disimular cicatrices producidas tras una intervención. Así, gracias a los pigmentos, se logran integrar con el resto de la piel unificando el tono blanquecino al que suelen tornar tras el proceso de curación con el de la dermis que las rodea. Y, por último, la micropigmentación de cejas y ojos ofrece también una solución para repoblar el vello de quienes lo han perdido después de someterse a ciclos de quimioterapia.

Si te interesa alguno de los tipos micropigmentación, es crucial que acudas a profesionales que cuenten con una amplia experiencia en esta técnica. En Clínica Menorca encontrarás a especialistas con años de práctica, por lo que podrás confiar en obtener los mejores resultados.

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